Recibí una llamada muy peculiar.
Por las preguntas que me hizo un amigo, tal pareciera que dudara que me encontraba con vida. Parecía preocupado, como si pensara que yo cometería alguna locura.
Es bonito tener amigos que se preocupen por uno.
Es gracioso que no sepan que me dan temporadas de aislamiento y que piensen lo peor.
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