Un amigo se estaba quejando de su cruda y de las barbaridades que decía (sí, es el mismo que mencioné hace dos publicaciones). Dentro de su alcoholizada mente aún se daba cuenta de sus estupideces.
Pero llegó un punto en que dijo:
- Tanta estupidez es el resultado de semanas de arduo esfuerzo entregado al alcohol.
A lo cual le respondí:
- Amigo, no seas modesto. Se nota que han sido años.
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