¿Para quién escribo?

¿Para quién escribo?
Principalmente, para mi; supongo que todos los que llevamos un blog, en el fondo escribimos para nosotros mismos y nuestros egos (aunque no todos lo acepten).

Abiertamente me escribo a mi mismo.
Pero si alguien más quiere leer, que disfrute y ejerza con buen juicio su libertad.

viernes, 26 de agosto de 2011

Una propuesta pacífica

Luto nacional provocado por el ataque a un casino en Monterrey.
He visto diversas propuestas contra el mal manejo, corrupción y otras porquerías en México, pero la más interesante es no acudir a dar el Grito de Independencia en ninguna manifestación pública donde esté presente alguna entidad política. Llámese Felipe Calderón, o cualquier figura política que dirija el acto en cualquier sitio de México, debe quedarse sólo.

No es un asunto de sensatez en el que acudir pudiera ser peligroso para nuestra integridad, ya que nos expone a cualquier clase de agresión (como ya ha pasado en Michoacán). Es un asunto más trascendente que podría ser clave para nuestro futuro como nación.

El grito de Independencia
Cada quien experimenta su nacionalismo de forma diferente.

En mi caso particular, no celebro ni aplaudo los festejos de la Revolución simplemente por que es un evento que nos marcó como una Nación inconclusa. Una Revolución que deriva a que un partido gobierne por más de 70 años no es una revolución exitosa. Un gobierno que no puede entregar obras inconclusas y que ha creado crisis tras crisis, no sólo económicas, sino emocionales en su pueblo, no merece festejo.

En cambio, la Independencia de México es diferente. Tiene un significado más profundo, más real e íntegro. Tal vez sus inicios son cuestionables, pero finalizó con un México independiente, con todas las ventajas y problemáticas que ahora tenemos... pero nos hizo una nación hecha y derecha. Fue un movimiento que sobrepasó sus ideales, que tuvo un principio, un fin y consecuencias tangibles. 

Tal vez la celebración del Grito de Dolores es borrosa en la memoria colectiva, tal vez no la celebramos a la hora correcta, tal vez ni en el día correcto, es más,  tal vez es el festejo oculto del nacimiento de algún dictador. Tal vez deberíamos festejar el 27 de Septiembre de 1821. que fue cuando oficialmente terminó la independencia. Tal vez aún no hemos cumplido 200 años de independencia. Son muchos "tal vez"...  Pero hoy somos una nación libre e independiente.

Para mi el Grito de Independencia sí tiene un significado.

¿Por qué en el grito de independencia?
Al ser una celebración tan importante, los gobiernos locales y el federal tiran la casa por la ventana para que celebremos. Nosotros mismos nos organizamos en grandes cenas (o aprovechamos y nos vamos de vacaciones). Y no es para menos, es una verdadera fiesta patria... un festejo que representa parte de nuestra unidad nacional.

Y desde siempre, también ha sido un templete político. Para bien o para mal, ha sido encabezado por el Presidente de la República, por los Gobernadores de los Estados, por los Presidentes Municipales y por los Jefes Delegacionales.

La celebración del Grito de Independencia es un acto público donde se valida a las instituciones y gente que gobierna México. Cada vez que acudimos a la celebración, además de celebrar, estamos dando (implícitamente) nuestro respeto y apoyo a la figura que encabeza tal celebración y por ende su legitimidad. Cabe decir que legitimando se asegura su permanencia y como pueblo ratificamos que "vamos por el buen camino".

Nuestra ausencia: Un grito silencioso de dolor.
No acudir a celebrar el Grito de Independencia es una muestra inequívoca de nuestro dolor.
No es por que no celebremos ser independientes.
No es por que estemos en contra de algún partido en específico.
No es por sentirnos más seguros en nuestros hogares.
No es por ser prisioneros de nuestra nación.
No es por ser víctimas de una "declarada" guerra al narco.
Es simplemente una manifestación de nuestro deseo al cambio.
Es una manifestación de que somos más los que queremos un México pacífico y justo a aquellos quienes viven en el crimen e impunidad.

Los políticos esperan plazas y explanadas atiborradas de gente.
Es por eso que nuestra ausencia, será más efectiva que cualquier marcha del silencio.

En fin, son tantos los motivos para no acudir a dar el Grito este 2011... como son tantos los mexicanos que sí irán.

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