Al salir del Museo Memoria y Tolerancia le invité una bebida a mi sobrina. Escogió chocolate oscuro, yo pedí un chocolate blanco frío.
Sorprendida e inocentemente dijo: "No sabia que había de los dos, ¿apoco se puede pedir de uno u otro?"
Y le dije: "Claro, no sólo aplica a personas, ¿no aprendiste nada en el museo?"
¿Para quién escribo?
¿Para quién escribo?
Principalmente, para mi; supongo que todos los que llevamos un blog, en el fondo escribimos para nosotros mismos y nuestros egos (aunque no todos lo acepten). Abiertamente me escribo a mi mismo.
Pero si alguien más quiere leer, que disfrute y ejerza con buen juicio su libertad.
domingo, 22 de febrero de 2015
Chocolates de colores
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