El mundo es un gigantesco escenario, un decorado de teatro donde nada es lo qué parece.
Para vivir se necesita responsabilidad: no se puede vivir a expensas de lo que alrededor "se piensa", no se puede fingir por más tiempo que ya se tienen respuestas para las preguntas que más queman. Vivir así seria vivir de prestado, vivir enajenado, vivir en la mentira; equivaldría a no vivir de veras.
La vida es lucidez perfecta, conocimiento seguro de lo que de verdad importa. Sólo la razón nos hace lúcidos.
Vivir exige en quien lo practica una considerable dosis de audacia.
La libertad es inseparable del conocimiento de la verdad. Sólo quien abre los ojos y cobra clara conciencia de su situación, quien renuncia a enajenar su pensamiento en lo que "se piensa", quien busca denodádamente la verdad, sólo ése ha tomado las riendas de su propia existencia y es libre, libre de verdad.
Para vivir se necesita responsabilidad: no se puede vivir a expensas de lo que alrededor "se piensa", no se puede fingir por más tiempo que ya se tienen respuestas para las preguntas que más queman. Vivir así seria vivir de prestado, vivir enajenado, vivir en la mentira; equivaldría a no vivir de veras.
La vida es lucidez perfecta, conocimiento seguro de lo que de verdad importa. Sólo la razón nos hace lúcidos.
Vivir exige en quien lo practica una considerable dosis de audacia.
La libertad es inseparable del conocimiento de la verdad. Sólo quien abre los ojos y cobra clara conciencia de su situación, quien renuncia a enajenar su pensamiento en lo que "se piensa", quien busca denodádamente la verdad, sólo ése ha tomado las riendas de su propia existencia y es libre, libre de verdad.
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